En las sandías, la poda se realiza principalmente para controlar el crecimiento y evitar un enredo excesivo. Las ramas primarias produce el mismo número de flores masculinas que femeninas, por tanto, la poda no influye directamente en la producción de frutos. Es decir, que sólo es recomendada cuando tenemos poco espacio o superposición de ramas que impide una buena aireación.
En los melones, la rama principal sólo produce flores masculinas. Podar esta rama provoca el crecimiento de ramas secundarias y terciarias en las que predominan las flores femeninas.
La poda mejora la circulación de aire y facilita la exposición de los frutos al sol, lo que puede ayudar a su maduración y calidad.
Una de las formas más usuales es esta:
Cuando la rama principal tiene 4 o 5 hojas contadas a partir de la base, hay que cortar por encima de la tercera hoja. Se eliminan también los cotiledones (las 2 primeras que brotaron en la siembra).
Cuando los primeros frutos tengan el tamaño de una nuez, se conserva sólo uno por ramificación (de tercer nivel) y se cortan estas ramas entre 1 y 3 hojas por encima del fruto.